Ann Arbor Today

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jueves, 15 de julio de 2010

No todo es cachondeo...

En este post voy a ponerme serio (sólo será un minuto) y quiero poner el contrapunto a las últimas entradas del blog dejando constancia de lo siguiente...

A ver si vais a pensar, sobre todo los que no me conocen... incluso los que me conocen, que con eso de que soy de Cádiz, y nada más que escribo de viajes, y cachondeitos y parriba y pabajo, aqui no estoy trabajando, o a lo mejor trabajando poco...

Nada más lejos de la realidad, sólo que uno, 1º se lo toma con filosofía y 2º cuelga en el blog los momentos divertidos y no las interminables horas de microscopía, poyata (se llama a así a la mesa/encimera de laboratorio no penséis algo que no es), y ordenador...

He aqui la primera prueba de, esperemos, muchas...

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20622167

Ya no estoy serio otra vez...

martes, 13 de julio de 2010

Esto es América (y II)

Lo primero que hicimos en Nashville fue meternos en un inmenso atasco debido a que en cuestión de minutos empezaban los fuegos artificiales para celebrar el mencionado 4 de Julio. Tras un movimiento rápido, terminamos aparcando en una zona verde no permitida y disfrutando de una larga y bonita sesión de fuegos artificiales cerca del río. El tiempo pasó rápido en aquel enclave, viendo los fuegos reflejarse en los rascacielos y en el rio, que se mostraba lleno de barquitas. Muy bonito. 


Tras una rápida y nada saludable cena, recorrimos la calle Broadway (¡¡mira mamá!!) dónde al igual que en Memphis estaba llena de locales, pero esta vez con grupos tocando Country.




En una de las ciudades más grandes del estado de Tennessee, al contrario que en Memphis, los bares estaban llenos de rubios y pelirrojos. La típica gente sureña de USA bailando country, algunas incluso con sus botitas de cowboy….


Posiblemente, muchos de los que leáis esto nunca vayáis a un sitio como Nashville a disfrutar de esto. Si te planteas viajar a EEUU seguro que por tiempo o dinero terminarás viajando a Nueva York, Miami, Chicago, San Francisco,Los Ángeles, o Las Vegas.

Posiblemente, verás las grandes avenidas, los enormes rascacielos, la gente corriendo de un lado a otro, el pop comercial invadiendo las radios, y la comida rápida colapsando los estómagos de los americanos que pueblan las grandes ciudades… Pero el interior de Estados Unidos (la mayoría de los americanos) y la América profunda no es así… y es un placer descubrirla. Pequeñas ciudades dispersas, perdidas en medio de la nada, donde da la impresión que muchos de sus habitantes nunca han salido ni saldrán ya no sólo de su país sino de su estado, y no le importa lo que pasa 3 horas más allá de su pueblo. Donde la gente vive trabajando el campo, cultivando, donde la música country y el rollito vaquero se mantiene a pesar de los años. Donde el color rubio, los ojos azules y la forma de hablar es signo de identidad de los americanos de la zona. Donde igual que otro sitio al sur del sur, la gente es más alegre, más cálida… Posiblemente hayais visto muchas películas y os podáis imaginar de lo que os hablo, pero ami me encantó vivirlo y no lo cambiaría por un viaje a Nueva York.


Finalmente nos acostamos a las 3 de la mañana después de disfrutar de dos jarras de cerveza, y bailando al ritmo de versiones que tocaba un grupo con una chica virtuosa del violín.


El lunes nos levantamos con la losa encima de que nos quedaban 8 horas y pico de camino para volver hasta Ann Arbor. Lo más lógico hubiera sido salir cuanto antes para llegar pronto y descansar. Lo más lógico… Pero eso no va con nosotros, así que ni cortos ni perezosos, nos alejamos 1 hora y media más de Ann Arbor hacia el sur de Nashville, para llegarnos a la destilería de Jack Daniel, lugar donde se produce todo el Whisky de la mencionada marca.


Sorprende ver como todo ocurre de una manera artesanal y casi familiar, y como en unos pocos metros cuadrados, producen, mantienen las barricas, embotellan, precintan y envían las botellas desde un minúsculo pueblo de Tennessee a todo el mundo,incluso para que mis amigos hicieran botellón en Cádiz. Impresionante. 

Este hombre tan singular y con mucho sentido del humor nos guió por toda la fabrica...


¡Ah, por cierto!... papá, te compré una botellita, sé que tendrás que hacer un esfuerzo“sobrehumano” para tomarte una copilla. Seguramente Tito Quique tampoco querrá probarlo, pero sé que haréis el esfuerzo de degustarlo. 

Y esta foto a la salida de la fábrica con las botellitas "single barrel".


Otra comida “light” en el pueblo de Lynchburg dio paso a la no-deseada vuelta, por lo bien que lo estábamos pasando y por lo eterno que se hacía el camino. Tras 6 horas de coche, paramos en Cincinnati. Otra ciudad que apuntar al mapa del viaje, y tras una rapidita cena, otras 4 horas hasta Ann Arbor.

Total, una grandísima paliza, pero muchos momentos inolvidables, muchas experiencias vividas y un viaje para el recuerdo, el cual sólo se puede disfrutar viviendo aquí y teniendo unos amigos que se apuntan a todo. Ya estamos pensando en el siguiente… ¿Dónde? ¿Cuándo? Ya veremos, y ya os contaré.

Un abrazo.

lunes, 12 de julio de 2010

Y cuando pasó yo estaba en Ann Arbor...

Las vueltas que da la vida. Recuerdo hace 4 años, en un bar de Cádiz viendo la final del mundial 2006 Italia - Francia con mis amigos: Inés, Dami y Maribel. Esta última tenía de visita una amiga italiana. Cuando Italia se alzó con el trofeo nos alegramos por ella, pero la verdad es que nos daba igual quien ganara y lo primero que pensé y recuerdo haber comentado con alguien es... "Vaya putada estar fuera de tu país y que se gane un mundial." 

Es de esas cosas que piensas y dices, y hoy te vuelven a la cabeza... 4 años después. Y aunque reconozco que me hubiera gustado estar allí en España, no creo que lo hubiera vivido de manera más intensa que aquí. Yo no hubiera estado en Madrid en la Plaza Colón, y a lo mejor ni hubiera salido a la calle en Cádiz... 

Si yo hubiera estado alli...
aunque algunos de mis amigos en Cádiz prefieren ver los partidos acompañados, yo reconozco que los partidos importantes como el de hoy, prefiero verlos y sufrirlos tranquilo y en mi casa. Si hoy hubiera estado en España seguramente lo habría visto con mi padre, cada uno en un sofá, y mi hermano sentado en la mesita junto a la tele completamente nervioso. Mi madre iría y vendría haciendo cualquier cosa que pudiera dar suerte. Mi tia Nena, habría llamado seguramente diciendo que había puesto fotos de los jugadores de Holanda en el congelador para que no jugaran bien. Mi tio Quique seguramente no sabría que hacer de los nervios...

Estando aquí...
no he podido quedarme en mi casa, y me fui a un bar con todos los españoles. Aquí todos hemos vivido el mundial intensamente. Leyendo los periódicos, viendo videos, siguiendo los partidos por internet...

Hace unas semanas, estando en Chicago con mi hermano me compre una camiseta de España (la que podéis ver en la foto). 



(Sí, veis bien, tengo un pulpito (que compró Carlos) en la mano y el chico que lleva la bandera grande se llama Chris y es de Alabama...)

Como os decía en el primer partido de España, contra Suiza, me fui al laboratorio con esa camiseta. Cuando acabó el partido no sabía ni donde meterme vestido de rojo... Menuda estafa.
Durante todo el mundial no me la he vuelta a poner del coraje y la frustración que es ponerse todo el día la camiseta de la única selección candidata al triunfo que había perdido. Y además porque mi hermano se empeñó en decir que la camiseta daba mala suerte. 

Las eliminatorias fueron pasando, y conforme iba avanzando el torneo hicimos de un bar típico de comida americana el "Buffalo Wild Wings" (hamburguesa, salsa barbacoa, alitas de pollo, etc.) nuestro centro de reuniones para los partidos. 

Hoy, quedamos dos horas antes, para coger mesa e intentar relajar los nervios, y yo, convencido de que ganariamos, me llevé la camiseta.



A pesar de que el 75% del bar apoyaba a Holanda, nosotros con banderas, camisetas y pulpo incluido nos hicimos notar. Es supergracioso ver a unos chinos mirarte y decirte que apoyan a Spain, o verte a americanos con la camiseta de Villa, Torres o Ramos... 

Como dicen algunos de mis amigos, el hecho de estar fuera hace que cualquier cosa de tu país la vivas con mucho más cariño y más intensidad si cabe. Ha sido bonito como la gente nos ha saludado y felicitado por las calles tras la finalización del encuentro. De hecho nos hemos paseado más de la cuenta para ello... 

Y finalmente, aunque se barajó la posibilidad, no terminamos bañándonos en ninguna fuente...



Ahora, son casi la 1 de la mañana y llevo como 3 horas leyendo todo lo que aparece en los periódicos para intentar no perderme nada de este día tan grande...

En fin, solo quise escribir esto para que no se me olvide nada de este 11 de julio del 2010 en el que España ganó su primer mundial y yo estaba en Ann Arbor. Ya veremos donde estoy pa'l segundo...

sábado, 10 de julio de 2010

Esto es América (I)

Hoy, con un poco más de tiempo, aprovecharé el blog para contaros mi primer 4 de Julio en USA…

El día que Nadal ganó su segundo Wimbledon y España lograba su histórico pase a la semifinal de una copa del mundo yo estaba con una camiseta de España en la casa de Elvis Presley. ¿Por qué?... Tendremos que remontarnos unos días atrás para contarlo…


(Está bien, prometo pelarme antes de llegar a España).

Aunque Patricia, Carlos, Esperanza y yo, sabíamos que teníamos un día de fiesta debido al 4 de Julio (Día de la Independencia), y teníamos lo que en España se llama un “PUENTE” y que aquí tanto echamos de menos, aún no habíamos decidido cuál sería el plan. Teníamos claro que debido a las visitas que hemos tenido recientemente o tendremos, no disponíamos de dinero para gastar en un gran viaje. Barajamos diferentes opciones y todas pasaban por alquilar un coche y hacer horas y horas a lo largo de las interminables carreteras de EEUU. Finalmente fueron más de 27 horas de coche, y más de 2000 millas recorridas.



Fijaros si estábamos pocos organizados que, en el momento de salir, sólo teníamos el coche alquilado y una noche de hotel al lado de un parque natural en el estado de Kentucky. Aunque lo llamábamos "ir a la aventura", el panorama estaba muy poco claro...


Como os contaba, nos esperaban horas y horas de coche, y el viernes comenzábamos saliendo más tarde de lo esperado. Dejamos atrás Ann Arbor, Toledo, Cincinnati, y terminamos parando a las 5 horas en Louisville (una de las ciudades más grande de Kentucky) para cenar y echar gasolina. Ya por el camino habíamos decidido que otra noche la haríamos en Memphis, que casi en ningún momento estuvo en el plan y que suponía hacer 3 horas y media más de coche para ir y otras tantas para volver. Aunque como decía Patricia una vez que nos metemos en el coche…. Y es verdad, no podéis imaginaos, a la hora de hacer kilómetros (o millas) como ayuda el hecho de que las conversaciones apasionantes nunca se acaben, que unas risas llevan a otras, y todo absolutamente todo, desde ver a un tío con un casco de moto pintado como si fuera una careta, a una chica que intenta adelantar a todo el mundo, o ir cambiando la música que sonaba en los años 40 hasta la que suena en la actualidad sean verdaderos motivos de diversión, aunque a pesar de todo, Carlos se duerma.

Nuestro trayecto acabó cerca de las 2 de la mañana en Cave city, pueblecito dormitorio en las proximidades del Parque Nacional de la Caverna del Mamut (Javi, te lo dedico). Resulta que el sistema de cuevas es el más grande del mundo. Durante dos horas nos trasladamos al mundo de Indiana Jones, recorriendo cuevas, pasadizos, escalones, columnas, historias de murciélagos, de primitivos que se refugiaban hace 4000 años o de los exploradores que con antorchas recorrían aquel sistema de cuevas hace ya más de 200 años… Apasionante.




Para recordar... un momento especial en el cual la guía del tour, pedía que apagáramos cámaras y móviles para luego ella apagar las luces de la cueva, dejando a todos sin poder diferenciar si teníamos los ojos abiertos o cerrados, y con una sensación de inquietud y recelo parecida a la que pudieron tener los primeros exploradores de la cueva, aún sabedores nosotros, de que aquello duraría poco tiempo y pronto volveríamos a nuestro mundo de internet y telefonía móvil. 


A eso de la 13,00 salíamos de la visita y nos quedaba sólo media hora para encontrar, en medio de Kentucky, el típico bar de deportes donde estuvieran poniendo el partido de España. Eran la 13,28 y sonaban los himnos nacionales de España y Paraguay y nosotros aún callejeábamos por un pueblo llamada Bowling Green buscando como locos alguna mínima señal de vida. Finalmente con algunas indicaciones, nos sentábamos en “Mariah's”, un local que había permanecido en el pueblo desde 1818 y en el cual sufrimos y disfrutamos del pase de nuestra selección. Nunca lo olvidaremos.


Tras esto, alguna fotito del pueblito, 


y algo más de 4 horas de coche para llegar a la ciudad del Rock, Memphis. 

Como os decía, no teníamos noche reservada, pero yo llevaba mi portátil y en ese momento, fue la primera vez que usamos un truco que nos ha servido durante los días restantes. Nos acercábamos a algún hotel de carretera y pillábamos la red de internet del propio hotel. De esta manera hemos consultado mapas, hecho reservas de hoteles,y por supuesto como buenos españoles, hemos leído el Marca. De esta forma terminamos llegando a un bar de carretera llamado Loretta Lynn's Kitchen, en el cual la camarera al saber que éramos de España nos hizo una foto para colgarla en su facebook y he aquí la prueba…

http://www.facebook.com/#!/photo.php?pid=227410&id=108044089219096 

(ey chicos no la habíais visto eh??)

Finalmente llegamos más tarde de las 8, y aunque lo hicimos cansadísimos, el ver la noche de Memphis y la vida que tenía la calle Beale Street, se nos cambio la cara, al menos a mí.


Decenas de bares, todos con música en directo. La calle a rebosar, miles de personas en la calle, y muchísimos músicos tocando para deleite del personal.



Decenas de bares, todos con música en directo. La calle a rebosar, miles de personas en la calle, y muchísimos músicos tocando para deleite del personal.


y nosotros que terminamos en un irlandés al aire libre, donde en cuestión de segundos decidí (casi sin consultar con mis amigos) lo que íbamos a beber…


Ese cubo estaba lleno de hielo y una especie de sangría la cual fuimos incapaces de acabar a pesar de poder llevárnosla por la calle. El juego con las cañitas nos alegró la noche…



Después de comer y pasear disfrutando del ambiente terminamos entrando en una discoteca de 3 plantas. La primera con música en directo, la segunda dedicada a la música negra, llena de negritos y negritas bailando y en la cual tras dar una vuelta, nos sentimos completamente fuera de lugar viendo como bailan, como se comportan, y donde nosotros éramos los únicos blanquitos. En la planta tercera, a pesar de no ser nuestro estilo preferido, si estuvimos más en nuestra salsa hasta altas horas de la madrugada. Al salir, la policía, la cual habíamos podido ver anteriormente como no tenía inconveniente en hacerse fotos con la gente, se mostraban simpáticos en todo momento e incluso entre unos y otros se hacían indicaciones para observar las mejores chicas de la calle... mediante un megáfono animaban a la gente al grito de: “Señoras y Señores ha llegado el momento de tomar una decisión, no esperen más, abandonen los bares y vuelvan a casa”. Genial.

Al día siguiente decidimos visitar la casa del Rey del Rock, Graceland. Es uno de esos sitios en los cuales no sabes muy bien que te vas a encontrar pero que nada más llegar ya te sientes impregnado de algo especial. Un aura, un algo que te hace sentir que Elvis fue muy muy especial. Como lo fue Michael Jackson, o como otros grandes mitos los cuales no sabemos explicar que tienen, o que los diferencia de los demás, para que generen esa atracción ya no solo por la música o por su baile sino por la persona, y atraiga a millones y millones de personas más allá del sexo, la raza, la edad, o la religión. La casa de Elvis es visitada cada año por cerca de 1 millón de personas y para quedarse en el hotel cercano y visitar Graceland el día del cumpleaños de Elvis hay que reservar con 8, sí, ocho años de antelación...




La verdad es que mereció mucho la pena. Pudimos visitar la mansión, recorriendo las habitaciones, los jardines, las salas de trofeos, los trajes, su colección de coches, sus dos aviones privados… Realmente increíble. Quizás estemos acostumbrado en Europa a visitar Castillos del medievo, palacetes de la realeza, mansiones de príncipes, pero... visitar la casa de un mito de este siglo es algo distinto...

Esta es "la habitación del Cádiz", donde Elvis veia la tele (con tres televisores la época)


Algunos de los pasillos de las salas de trofeos...



Uno de los coches, y el avión nombrado en honor a su hija...



Finalmente la tumba, y una imagen de como la gente se concentra alrededor... 
Todo esto, como podéis ver... también es América. Otra América distinta a Nueva York, a Miami, a Los Ángeles, o a Washington.... y no sabría decir si esta América, más desconocida para el turista europeo es la verdadera América. Al menos creo que sí la de la mayoría....



Tras esto, almorzamos en Memphis, y vuelta (3 horas y media) a Nashville, ciudad de la música Country.

Continuará....

Un abrazo.

martes, 6 de julio de 2010

Po' a ver si usted ha visto a alguien que sea más feliz que yo...

Yo tengo un reino envidiable
en esta ciudad chiquita
ay, leren, lelerenlerenda lere lelereleren,
soy el monarca absoluto
del país de la Tacita,
soy el monarca absoluto
del país de la Tacita.
¿La prueba?,
Esta corona de oro,
de oro y de fina plata,
esta corona de oro
de oro y de fina plata
aunque algunos envidiosos
van diciendo que es de lata,
aunque algunos envidiosos 
van diciendo que es de lata.
Pero yo tengo un castillo, chiquillo
rodeado de murallas, canalla,
con mil torres miradores
que son la envidia del Sol, trocotón.
Tengo la Caleta, babeta
donde el Sol está dormido, bandido
y no hay en el mundo entero
un paraíso mejor...
Si estoy majareta 
es por la gracia de Dios,
po' a ver si usted ha visto a alguien
que sea más feliz que yo...
Yo soy el menda lerenda de la bahía
el hijo predilecto de la alegría.

(Jesus Bienvenido)

Aunque a buen entendedor pocas palabras bastan... lo digo de otra manera...

DETROIT - MADRID 

Pronto... muy pronto...