El Blog de Las Chicas (I)

Cada uno da lo que recibe

y luego recibe lo que da,

nada es más simple,

no hay otra norma:

nada se pierde,

todo se transforma.

Así dice el estribillo de una famosa canción de Jorge Drexler.

Nuestra amiga Isa dice que da pena hacer amigos en Ann Arbor porque casi todo el mundo está de paso, y cuando alguien se va queda un vacio tremendo. Aún así, ese cariño por las personas que conoces, con las que compartes tantas cosas, y todos esos buenos ratos vividos, se transforman en una amistad verdadera. Se transforman en emails contándonos cosas, en fotos, en llamadas de teléfono, en ofertas de alojamiento a lo largo y ancho del planeta. En pasado, presente y futuro de nuestras vidas.

Por una razón u otra no tuve tiempo de escribir de Karina, Esperanza, Laura y recientemente Sara. Las cuatro regresaron a España y ahora me gustaría dedicarles unas líneas. ¡¡¡Se os echa de menos!!!

Karina

Hace prácticamente un año que la conocí.

Y en apenas unos meses la conocí, soltera, casada y embarazada, jajajaja. Divertida y ocurrente. Siempre con laburo (trabajo) de casa al trabajo, siempre diciendo expresiones geniales, estoy “a full”, o estoy “a mil”, en la loma del orto, que embole, que quilombo… (no creas que se me olvidan Karina!!!). Mi madre aún recuerda ese acento que tenía diciendo: “tortishha de patatas”. Karina es de esas personas que no hace falta preguntarle que hacen aquí, o allí. Quizás ni ellas mismas lo saben pero da la sensación que se dejan llevar por el ritmo de la vida y esta sabe perfectamente que hacer con ellas.

Siempre con ese aire de Mafalda, de ingenua, de despistada pero tremendamente inteligente, incluso para decidir las posibilidades que hay de abrir una caja y llevarse un premio ¿eh?

 

Ahora ya, en Barcelona, con su marido (un saludo Ale!), y su hija Camila, de la que hace unos días recibimos sus primeras fotos y es un niña preciosa. Os mando un abrazo desde aquí…

Esperanza

Llegó para una estancia y casi parecía que se quedaba. Le hicieron falta tan sólo unos días para formar parte de nosotros, de nuestros mails, de nuestras comidas, de nuestras salidas.

Ya que Patricia y Carlos casi no tenían tiempo de ver la tele, por fin yo tenía a alguien con quien comentar las series que nos gustaban, Lost, The Wire…

Con ella hicimos uno de los más divertidos, locos e intensos viajes que se recuerdan por estas tierras. 27 horas de coche, 4 días, 4 estados…

Y con ella también empezamos a frecuentar los sitios con más “glamour” nocturno de Ann Arbor… Melange, Rush…

Antes de irse, pudimos conocer y disfrutar de sus padres, y creo que ellos también con nosotros. Creo que se llevaron una buena idea de lo bien que estuvo su hija por aquí. Un encanto de niña, a la cual su jefe no tardó en ofrecerle trabajo en Nueva York. Esperamos que vuelvas y cumplas con lo prometido (¡¡¡alojamiento gratis en la gran ciudad!!!!).

Laura

Laura decía que al principio le hablaron mucho de mí, y cuando me conoció tampoco era para tanto, jajajajaja. Creo que al final nos llevamos bien, ¿o no?. Laura, llegó con muchas ganas de pasarlo bien, de disfrutar, de aprender, y de esa forma es fácil ser parte de nosotros. Empezó por venirse con nosotros a Chicago un fin de semana, y claro con esa forma de empezar ya estaba perdida… jejeje

Devota del Panera, del Mongolian BBQ y del Rush, ha sido una de las que más ha animado el cotarro por estas tierras… Ha dejado su alegría y sus ganas de fiesta cada noche, sobretodo en Halloween,

ha conseguido que Carlos baile y muuuucho… y por nuestra parte también ha estado bien tener a alguien de “letras” entre nosotros, para demostrarnos que la Edad Media realmente ocurrió… ¿o no?

Sara

Con Sara apenas hemos tenido tiempo… la conocimos tarde, se fue a Nueva York, a Chicago… pero los pocos días que hemos coincidido ha sido todo un descubrimiento.

Parecía muy tímida, pero yo creo que era porque Patricia, Sole y Laura no la dejaban hablar, jajajaja…

Al final, esperemos que ya sea aquí (raro) o por España nuestros caminos vuelvan a cruzarse... A ver si vienes en verano!!!

 

Un abrazo a las cuatro “exiliadas”, se os echa muchísimo de menos.

Para el próximo post dejaré a mi amiga Patricia, la primera española que conocí en Ann Arbor…

Un abrazo a todos los que seguís leyendo…