Jalogüin 2010

El año pasado, la típica fiesta americana del miedo y el susto me cogió recién llegado y no pude disfrutarla tanto como hubiera querido. Pero este año, desde un principio, ya se mascaba la tragedia....

Con antelación (2 días antes) nos fuimos a una de las tiendas que de repente y de la nada aparecen en cualquier parte... Como si el mismísimo "El Millonario" (tienda famosa de artículos de disfraces en Cádiz) se presentara aquí...

Aunque lo más famoso y típico sean los artículos de miedo y gore...

lo cierto es que hay de todo, y esto es muy parecido a un sábado de carnaval. Los disfraces van desde médico a pirata, pasando por preso, hada, o vampiresa, y al final todo se resume en disfrazarse, beber, y bailar. Lo dicho, un sábado de carnaval.

Yo, que ahora me encuentro en periodo de recortes económicos, decidí ahorrarme el dinero (30-40$) y jugar sobre seguro, esto significa básicamente, sacar a la gatita de paseo...

Esta, es la casa de Ramón, y allí empezamos la fiesta...

¿Qué quien es Ramón? Este es...

Y dicho esto, voy aprovechar para presentaros a los nuevos fichajes annarboreños...

De izquierda a derecha, tenemos a Laura (de Pamplona), que ha estado 3 meses disfrutando de Ann Arbor y acaba de regresar a España, pero me da la impresión que volverá muy pronto por aquí.

Sara y Sole. Dos chicas madrileñas, que conocimos un dia en el Starbucks. La primera ha venido por una estancia de 3 meses, y la segunda para hacer un postdoc. Una estudia demografía y la otra paleontología.

Ah y ahora sí, este es Ramón.

Ramón es una persona muy importante en su puesto de trabajo (economista). Trabaja en una de las empresas más importantes en Suecia, con sede aquí en USA. Después de este par de lineas tan serias, diré que fuera del trabajo, no le cuesta ni un segundo ponerse a nuestro nivel de risas, bromas y diversión. 

Otros fichajes recientes son...



María (de Burgos, nacida en Almería, y con acento mejicano)...
Alberto y Berenice, catalán y mejicana, matrimonio y residentes en Royal Oak (Michigan) y
Adrián, mejicano, trabajando en la empresa del motor en Detroit, amante de la cocina, y con el sueño de montar algún día un restaurante en España.

En fin, pues en casa de Ramón, mientras comiamos pizza y bebiamos, cada uno se fue disfrazando cuando pudo o creyó conveniente...

Aqui, los tres mosqueteros de siempre... de izquierda a derecha... Patricia, Manolito y Carlos...

  

Y aqui... la fiesta al completo...

Tras un breve diagnostico las chicas del Hospital de "La Paz" me confirmaron mis sospechas. Lo mío no tiene remedio...

Una vez salimos de casa de Ramón se cumplieron uno de mis sueños desde que llegué aquí a EEUU. Todos habreis visto en las películas y las series esas fiestas americanas donde el protagonista llega a una casa. Abre la puerta y hay una fiesta descomunal en su interior. Esta toda la casa llena de gente bebiendo, sentada por donde puede, charlando, bailando...

Paseando por Ann Arbor, y con tantos estudiantes, es fácil ver ese tipo de fiestas. Siempre le digo a Carlos que tenemos que entrar en una con toda naturalidad y si alguien nos pregunta decir que somos amigos de Joe, de Peter, o de John. Y listo...

El caso es que aquí, alguien conocia a alguien con una casa y una fiesta en su interior, y allá que nos fuimos.

Cuando llegamos, no se escuchaba nada, ni se veía nada... Parecía que no pasaba nada, pero nada de nada allí dentro. 

Abrimos la puerta, y entramos... llegamos a la cocina. Todo parecia como en las pelis sí... de pronto... una escalera... y mucho jaleo que venía de abajo...

Bajamos... nos giramos..y siiiiiiiiiiiiiii allí estaba... la gran fiesta americana, una mesa con bebidas, un barril de cerveza, la gente disfrazada y bailando, un proyector poniendo videoclips sobre una sábana... y la gatita haciéndose fotos con la gente...

Durante la fiesta, hubo muchas fotos, la mayoría de ellas censuradas o de mal gusto para ser publicadas online...

Yo por ejemplo a lo largo de la fiesta, aprendí a meterme los cubatas en el bolso...

Aquello duró hasta cerca de las 3 de la mañana... cuando ya decidimos regresar a casa de esta guisa... (en vez de un coche parecía una carroza de carnaval)

En casa de Ramón todavía hubo tiempo para una última cerveza y alguna que otra foto...

A la mañana siguiente, en el sofá de "7 plazas" de Ramón nada excepto por nuestras caras hacia pensar que la noche anterior lo habíamos pasado tan tan bien.