Ann Arbor Today

Ann Arbor Today

martes, 10 de diciembre de 2013

Ann Arbor. Día 1 después de la nieve

Hoy ya llevamos un día (1, sólo 1) cubiertos de nieve. Y ya mismo me gustaría hibernar cual oso grizzly y despertarme en Abril. No ser consciente ni de frío, ni de invierno, ni de ná. Hacerme una bola de mi mismo con mis cosas y despertarme al calor del solecito primaveral, rodeado de verde, de flores y de olor a comida... Y tumbarme al sol cual lagartija... 

Pero viendo que por mucho que lo deseara este año tampoco iba a pasar, por la mañana me miré en el espejo de unos de esos riachuelos que termina en el río Hurón, y opté por beberme la ciudad a grandes sorbos antes de la llegada de la nieve; de la mañana a la madrugada y de la naturaleza al ladrillo. Un paseo para grabarme en esa parte del cerebro donde sea que se acumulen las imágenes bonitas para poder soportar los tres meses sepultados en nieve que nos esperan. Imágenes sin ninguna relación unas con otras, o tal vez sí... quien sabe. ¿Me acompañáis?


Y salí a disfrutar de cada rincón natural para dejarme atrapar una vez más en la tela de araña de esta pequeña ciudad... 


Me paré a ver el sol reflejarse en los cristales de las ventanas de las casas que nunca serán mis casas... Ese sol y ese cielo azul que veremos a cuentagotas hasta la primavera... 


Le dije hasta luego a las mariposas y a las flores...



y envidié a los que pueden alzar el vuelo tan alto como para disfrutar de las vistas...


Me metí en charcas buscando reinos perdidos.... Pero no le di besos a los "ranos", no vaya a ser que se convirtiera en un príncipe y no esta la cosa para tonterías... 


Y terminé encontrando al pájaro azul (¿de la felicidad?), eso sí, en un fino cable y observando la vida desde la distancia...


Y con el sol ya casi tocando la tierra, cuando las sombras se alargan y uno se siente más solo, mis pasos me llevaron a Kerrytown, el barrio más antiguo de la ciudad. Por que uno coge la cámara y empieza a andar... sin rumbo, sin destino, sin prisa... Y sin saber como ni porqué terminé dándole vueltas a la casa de Dios. Primero a la Iglesia de Santo Tomás, la primera iglesia católica de la ciudad... con orígenes irlandeses... 



Y de aquí a la bonita torre de San Andrés de estilo gótico inglés... 



Y a pesar de haber pasado dos veces por la casa de Dios buscando un no se qué que qué se yo, y siguiendo con la mirada de donde venía la luz que me iluminaba la torre y me calentaba la espalda, el sol entró en el objetivo reflejado en la calle y todo fue tan simple y tan bello como una persona cualquiera pedaleando en su bicicleta directo al sol del atardecer, en una de esas calles que los árboles han hecho suya... Tan sencilla y tan bonita la estampa que pensé que Dios estaba allí fuera... 


Y de aquí, al contraste de la calle principal, a Main Street...


repleta de gente que va y que viene aún sin gorros ni guantes, llena de restaurantes y bares que nos dan de comer y de beber cada noche de fin de semana y alguna de entre semanas también, una calle en un horizonte de árboles,




y al final de la calle, el estadio de los Wolverines, "The big House" un estadio donde cabe toda la ciudad entera, el estadio de fútbol americano más grande de Estados Unidos y el tercero más grande del mundo. Sí, aquí en Ann Arbor, y sí el estadio del equipo de la Universidad. 


Y viendo que la noche me pilla en medio del paseo y que no quiero que acabe el día me acerco a que me iluminen las luces de los teatros en mi caminar...




y los focos del Auditorio Hills...


hasta llegar al Burton Memorial Tower, la torre que marca las horas que faltan para que pase algo o las que pasaron desde que algo pasó, todo dependiendo del humor que tengas ese día. Con un carillón como sólo existen 23 en el mundo, siendo el cuarto más pesado y con 55 campanas que pesan 43 toneladas.... todo para que cada hora del día cuente.


Y no hay sueño ni ganas de volver a casa... que después llegará la nieve y no podré disfrutar de estas vistas. Serán otras, blancas, húmedas y frías. Diferentes. Así que sigo y sigo, un poquito más paseando entre el Mason Hall,


el Museo Kelsey de Arqueología


y el Museo de Arte... 


Ya llevaba tiempo con ganas de pasar una noche con la cámara y la ciudad... Y diría que nadie más... ¿dónde se ha ido la gente cuando aún no hay nieve?... Y por fin llego a uno de los escondites más bonitos de Ann Arbor, el Law Quadrangle. Un espacio entre edificios destinados a la Universidad de Derecho, con reminiscencias de Oxford y tintes del Howarts de Harry Potter... 



Y bien entrada la noche, ya de madrugada, cuando la gente normal duerme y yo estoy eligiendo las fotos, repasando el día y escribiendo todo esto, sabiendo que la nieve lo va a cubrir y esconder todo durante al menos tres meses... Pienso como pensaba mi abuelo, que debía ser tan optimista como yo, que durmiendo hoy, ya quedará un día menos para que llegue la primavera...  


Me despido de la luna lunera y os deseo unas buenas noches a todos. 
¡Feliz invierno!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Thanksgiving 2013


El Día de Acción de Gracias de 2013 amaneció frío y nevando ligeramente. Como íbamos a reunirnos hasta quince españoles y desde el mediodía hasta previsíblemente bien entrada la madrugada calculamos que iba a hacer falta mucha comida y mucha bebida. Por la mañana Marga y yo fuimos a recoger el pavo y el jamón asado que habíamos encargado previamente. 


Sí, tenéis razón. Cuando cogimos el carro pequeño no pensamos en el tamaño que tendrían el pavo y el jamón. 

Y tras esto, directos al km.0 para disfrutar del día en compañía los unos de los otros. Y como toda fiesta que se precie, empezó con la típica frase. ¿Quieres una cervecita?. Y quisimos.


La variedad de zapatos se fue apilando en la entrada,


y los gordos abrigos amontonando encima de la cama.


María, cortó algo de pan en la cocina y con ello daba comienzo el almuerzo. 


Inicialmente se pensó como un ligero "picoteo" para después tener ganas de cenar por la noche el pavo. 
Como os podéis imaginar, nada más lejos de la realidad... 


Nos comimos unos rollitos, una quiché, una empanada, y una fuente de ensaladilla sin pestañear.

El personal dio buena cuenta de la sangría...



y de la frutita de la sangría también...



así que las charlas se fueron animando, y entre cervecita y sangría, sangría y cervecita, la sobremesa y la tarde fueron pasando... 






Todo hasta que alguien mencionó la segunda pregunta típica de una fiesta. ¿Una copa, no?



Con las primeras copitas cayeron las primeras muestras de cariño... 



También con las primeras copillas, a Mariano, el más bromista del grupo le tocó aguantar las bromas de los presentes. 



Aunque como casi siempre salió airoso... 


Y si era el Día de Acción de Gracias, pues este era el momento de hacer unas fotitos para dar gracias por estos amigos, tan guapos, tan listos, y tan buena gente... 











Tras las sesiones de fotos, los cubatas y las charlas, empezó a picar el gusanillo del hambre. Así, para continuar con algo "ligerito"... El pavo y el jamón...






Los platitos preparados, antes de ponerles los diversos acompañamientos, los cuales algunos ni esperaron a que se calentaran...


Tras la copiosa cena, y como si se tratara de la Casa de Downtown Abbey, las mujeres se retiraron a hablar de sus cosas... o quien sabe si huyeron de nosotros, 


y nosotros aprovechamos para recitar poemas de García Lorca. 


Pero tras un ratito, nos empezamos a echar de menos, o quien sabe si es que hacía frío en la habitación donde estaban ellas, y  cerramos la madrugada todos juntos de nuevo. 


Un largo día en familia para el recuerdo. 

Un abrazo "apretao apretao" para todos.