Ann Arbor Today

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domingo, 17 de octubre de 2010

Manuel Blandino Espresati y yo

En estos días difíciles muchos me habéis animado a seguir con el blog. Y aunque nunca me he planteado dejarlo no puedo negar que me resulta tremendamente complicado retomarlo…
Tenía algunas opciones…
…no escribir más en el blog hasta que tuviera ánimos de volver a escribir pamplinas,
…escribir como si todo siguiera igual, algo imposible a día de hoy,
 …o escribir unas líneas y desahogarme…
Es verdad que hasta ahora el blog intentaba recoger cualquier experiencia que me ocurriera aquí desde un punto de vista divertido, pero al fin y al cabo, este blog es un reflejo de cómo me siento y las cosas que me ocurren en Ann Arbor y lamentablemente, esto es lo que ha pasado ahora… Lo bueno del blog, es que cada uno es libre o no de leerlo inmediatamente, luego, o nunca y esperar a la siguiente entrada. Posiblemente no sea algo que os apetezca leer pero a mí sí me apetecía escribirlo en el blog, que sé de buena tinta que a mi padre le encantaba. Y aunque pueda parecer que esto que voy a contaros es sobre mi padre, también lo es sobre mi porque es imposible entenderme sin él…
así que…
allá voy…

A diario, veo en las noticias y en la vida real que no todo el mundo tiene la suerte de poder decir lo mismo que yo voy a escribir ahora... No todo el mundo tiene al mejor padre del mundo. Hay, hubo y habrá padres buenos y malos, peores y mejores, los hay incluso que ni siquiera deberían llamarse padres… pero el mío… el mío era una persona increíble. Y todo esto no lo digo porque me pagara una educación, me diera la paga, o me enseñara a comportarme… ni siquiera porque me cuidara, o me tratara bien…
 A lo mejor pensáis que muchas personas pueden decir lo mismo, o en una situación como esta en la que me encuentro es más fácil decir este tipo de cosas, pero os aseguro que no es así y os lo voy a argumentar a lo largo de este post.    
Dicen que de pequeños siempre pensamos que nuestros padres lo saben todo, y conforme vamos creciendo esta sensación va desapareciendo. Les vamos viendo defectos, vamos tomando otros caminos, otras ideas, otras formas de ser… En mi caso, yo admiraba a mi padre como si tuviera 5 años…
Desde pequeñito ha sido un molde y un ejemplo en el que fijarme. He querido formarme y quedarme con muchas habilidades de las que él tenía, y he de reconocer que muchas no he podido. Era tremendamente perfeccionista, le gustaban las cosas bien hechas, pero a la vez tenía la humildad para también admirar y aprender cosas que hacía o decía cualquiera, y cuando ese era yo, ya os podréis imaginar el orgullo tan pleno que me hacía sentir.
Conforme han ido pasando los años, y lo he conocido más y más, mayor ha sido la impresión y la atracción que he sentido por su forma de ser. De todas las cosas que hizo en su vida más de una vez llegué a llamarlo Forrest Gump… y no por lo tonto de lo cual no tenía un pelo, ni por el chocolate de los bombones que tampoco le hacía mucha gracia. De tantas cosas que sabía y quería hacer, siempre le recuerdo levantándose temprano los fines de semana y las vacaciones para hacer cosas, y es que, le faltaba tiempo…
Aún sin que yo sea todavía padre (al menos que yo sepa), he visto en él que el orgullo de un padre no es sólo saber educar, enseñar, castigar, o jugar con tus hijos todo lo deseable… ser padre es ser ante todo un modelo a seguir; el cual estoy de acuerdo, tus hijos deben tener la libertad de poder elegir o no. Pero ser una persona modelo o ejemplar es, pienso yo sin duda, la mejor base para que tus hijos tengan unos valores respetables. Y transmitir eso, él lo ha conseguido más que de sobra…
Fue un gran deportista, jugó al futbol de manera profesional como se publicó días atrás en los periódicos, en las categorías inferiores del Cádiz, en el desaparecido Hércules, en el San Fernando, en la selección andaluza, o en las categorías inferiores de la selección española (y cerca estuvo del Real Madrid)… El fútbol le apasionaba y no sólo en la práctica. Nunca dejó de leer, y aprender más y más, de entrenar y formar a niños cada semana, cada mes, cada año... Niños que se hicieron hombres y que no lo olvidan. Todo esto, puede parecernos suficiente deporte a muchos de nosotros, pero además practicó el culturismo durante años luciendo unos abdominales que hoy serían la envidia de cualquier Cristiano Ronaldo de la vida. También jugó al tenis y al balonmano y participó en competiciones de atletismo en diferentes modalidades ganando alguna medalla cuando estaba en el instituto.
Y si con los pies era bueno, también tenía unas manos increíbles, algo aún más envidiable por mí y más aún cuando se reía de mi viéndome hacer cosas con la mano izquiera (soy zurdo, ¿qué le hago?). Todo lo referente a manualidades se le daba especialmente bien, sabía de electricidad, de bricolaje, de fontanería… Lo mismo arreglaba una radio que una persiana, o como un año que “hizo” los dos cuartos de baños de mi casa… lo mismo daba un masaje que te podía dejar impresionado modelando plastilina o cortando madera, y todo eso sin que hablemos de una de sus pasiones… la pintura. Sabía pintar y muy bien, a carboncillo, a acuarela, con pinturas, al oleo,… Ya fueran paisajes, escenas, detalles, personas, o motivos religiosos… Eso sí, a su ritmo… Pintaba 3 seguidos y después podían pasar meses sin pintar pero cuando se ponía, se ponía. Recuerdo verle pintando muchos de ellos, siempre corrigiendo cosas, cambiando detalles, quejándose por lo tedioso de algunos… Pero disfrutaba haciéndolo y tenía miles de cuadros y fotos sacadas de internet que quería ir dejando salir del ordenador y sus manos al lienzo. En algunas ocasiones pude disfrutar con él de visitar un museo de pintura, incluso recientemente en Chicago viendo el museo de arte. Y disfrutaba de las luces, de los contrastes, de los marcos…  Si le gustaba la pintura, también le gustaba la fotografía. Y si a mi me gusta también supongo que será porque siendo adolescente me dejó su “Minolta” para que practicara.
Sabía de cocina, otra de sus pasiones, y podía pasarse horas y horas hablando de recetas, buscando en internet y sobre todo cocinando… Siempre por supuesto con la finalidad de comérselo, degustarlo y/o bebérselo después, que el comer le apasionaba mucho más que el cocinar. Con el paso de los años, con más tiempo libre y junto a mi madre, han alcanzado un nivel culinario que la mayoría de las veces que comes en un restaurante el menú está muy por debajo de lo que se puede paladear en mi casa… con lo cual da coraje hasta pagar.
Le encantaba su tierra, y el flamenco, y acumulaba cds y cds de una gran variedad de cantaores… Bueno y por escribir, hizo hasta un romancero en carnaval con su amigo Paco, y otros dos romanceros que tenía escritos y nunca llegó a sacar. Para lo tímido que era, me parece que ya con uno en la calle durante todo el carnaval, tuvo suficiente… La verdad es que el carnaval le gustaba aunque todos los años terminará diciendo aquello de “esto no vale ná”. Y más que el carnaval le apasionaba la historia de Cádiz, su pasado y sus gentes. Siempre que podía leía algo sobre el esplendor de la ciudad y lo que había sido en la antigüedad. También disfrutaba con la Semana Santa, y yo nunca olvidaré que con apenas 5 años me pasé toda la madrugada con él viendo procesiones sin una pizquita de sueño. Aunque he de reconocer que como carnavalero, cofrade, y gaditano, he llegado a ser infinitamente más “cargante” que él (y mi hermano también).
Bueno, y si algo de informática, de ordenadores y juegos sé, fue porque cuando ningún niño tenía ordenador ni juegos yo ya tenía un spectrum con un teclado diferente y cuando los demás lo tuvieron yo ya estaba usando un PC…
Por supuesto sabía de banca y de economía, de política… de la vida…

No puedo imaginar cómo ha pasado interiormente estos últimos años… Pero me parece envidiable que siguiera adelante con la misma fuerza y las mismas ganas, día tras día, mes a mes... Sin agachar la cabeza, haciendo todo lo que era capaz, todo para lo que le daban las fuerzas, saboreando y disfrutando cada segundo y cada minuto.
También hay por ahí algún dicho sin ningún sentido para mi que afirma que antes de morir debes plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Lo cual también cumplió… porque más de una maceta sí que plantó, y algún que otro bonsái conmigo también.
Y volviendo a lo del dicho, y esto es para ponerle un altar, el año pasado escribió un libro dedicado a mi madre contando su vida por capítulos, desde su nacimiento hasta la actualidad. Desde luego fue una genialidad. Algo que se me escapa del entendimiento. La fuerza para hacer algo así me parece sobrenatural. Le ayudé a corregirlo y editarlo. Así pude conocer a mi padre mucho mejor si cabe, y tuve la oportunidad de hablar de algunos hechos o situaciones pasadas con él. Aunque mi hermano y yo escribimos el prólogo y el epílogo y pudimos corresponderle con unos folios, como decía, el libro en sí no tiene precio. A lo largo de los capítulos, entre otras cosas pude captar algo que yo no viví ya que mi abuelo falleció cuando yo era muy pequeño, y aunque lo había visto a diario con mi abuela, era el amor y la predilección que él sentía por su padre, como lo admiraba, y la devoción que le tenía. Y eso, estoy seguro, también ha conseguido transmitirlo…  
Era una persona tan buena y tan sencilla que el verlo enfadarse contigo ya provocaba que te sintieras realmente mal. Ni que decir tiene, que nunca nos puso una mano encima. Le bastaba con subir un poco la voz y alzar la ceja para que te derrumbaras. No hacía falta nada más…
Y es verdad que le encantaba discutir y buscarte otros puntos de vista, muchas veces lo hacía por picarte y sabiendo que no tenía razón, pero le gustaba ver hasta dónde podían discutir los demás. Aunque a veces consiguiera irritarme y sacarme de quicio es algo con lo que aprendí muchísimo, y con lo cual yo también disfruto. Supongo que discutir y plantearse las cosas desde varios puntos de vista es algo que me viene bien en el trabajo y eso también se lo debo a él.
Para ir cerrando el post, no diré que es injusto, pues la vida es así, ni entraré en temas religiosos de los cuales con la edad cada vez me siento más y más alejado… tampoco diré que lloro porque mi padre y amigo ya no esté conmigo, pero si os diré que lloro porque era una de esas personas que por todo lo que hacen, como habéis podido leer, por cómo viven cada día, y por como disfrutan de cada momento, parece que el mundo las necesitara para seguir girando, y por todo lo que hizo y hacía, el mundo hoy, aunque parezca el mismo, no gira igual que ayer.
Y era el mejor… digo que sí, lo era.

Por último y volviendo a mi, si es que en algún momento he dejado de hacerlo, escribiré que entre mis virtudes no está la memoria. Suelo olvidar rápido, quizás demasiado… Siempre he pensado que nunca podría aprobar unas oposiciones y a menudo me cuesta recordar todo lo que quiero. Esto no tiene mayor importancia si conoces el defecto y sabes ponerle remedio. Por eso, siempre estoy con recordatorios o notas, como mi hermano y como mi madre. Y como siempre me gusta ver el vaso medio lleno, y el que no se consuela es porque no quiere, una  vez leí sobre la importancia que tiene para el ser humano poder olvidar. Si no fuéramos capaces de olvidar posiblemente nos hundiríamos sin poder dejar atrás nuestros malos recuerdos, nuestras malas acciones, nuestros malos momentos… 
Gracias a la sapiencia de la naturaleza hemos evolucionado para olvidar las cosas no necesarias y recordar las importantes y de esta manera poder seguir avanzando con una sonrisa. Y si tu naturaleza es la que no te sonríe, hay que buscar la forma para que no se olviden los buenos momentos… ya sea anotándolos, escribiéndolos o pensando en ellos de vez en cuando.
Por eso yo a día de hoy, escribo y pienso estos párrafos que me recuerdan a mi padre, porque no quiero que mi mala memoria me haga olvidar ni un solo momento como quiero ser yo cuando sea Manolo Blandino padre.  
Gracias a todos por acompañarme.

PD: El próximo post será de “risa” porque os contaré como ha quedado la selección española de Michigan en el torneo de consulados. No os lo perdáis… 


11 comentarios:

  1. Antonio (madrileño "desertor de bares de copas" en Ann Arbor8 de junio de 2011, 16:46

    Muy "sentido" el texto, Manolo.. como grande es tu devoción de hijo,.. y genio y figura el de tu señor padre.
    Un abrazo

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  2. Manolo, estoy segura que tu padre allá donde esté ha leido lo que has escrito y estará enorme de orgullo de ver el resultado de haberte querido y educado como lo ha hecho. Porque además no todo el mundo tiene la suerte de poder hablar de sus padres así como tu hablas de los tuyos. Has conseguido que se me saltaran las lágrimas, es precioso. Un beso y un abrazo enormes.

    Escrito por anonimo el 17-10-2010

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  3. Precioso homenaje a tu padre, me ha encantado. No he conocido demasiado a tus padres, pero viéndote a tí no dudo de donde vienen esos valores. Un beso

    Escrito por anonimo el 20-10-2010

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  4. Lo que has escrito es precioso. No me extraña que estés tan orgulloso de tu padre, por lo que cuentas era una persona increible. Ahora entiendo por qué eres tan apañao. Es genético!! Un beso muy fuerte!

    Escrito por anonimo el 21-10-2010

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  5. Buenas tardes Manolo, Soy una compañera de trabajo de tu padre desde el año 1975 y además de compartir, junto con otros compañeros, muchas noches en vela trabajando y de otros tantos desayunos a las seis de la mañana en el bar Lucero frente al muelle de Cádiz, también hemos sido Rey Melchor, él y yo su paje, en el año 80 en la fiesta de reyes que organizaba el grupo de empresa, me ayudó a perder peso porque me animó a hacer gimnasia y me ponía tablas de ejercicios, a los dos nos gustaba comer con bastante pan, se atrevió a venir de copiloto conmigo cuando íbamos a Sevilla a los cursos y yo estrenaba carné de conducir, nunca olvidaré mi sorpresa cuando me preguntó si quería llevarlo en mi coche a la iglesia el día que se casó con tu madre, cosa que hice encantada. En cuanto a sus habilidades, se empeñó en quitar el turno de noche, para que pudieramos dormir sin sobresaltos porque rara era la noche que no sonaba el teléfono, y lo consiguió. Nos hizo una caricatura a cada compañero del centro de cálculo, a mí me dibujó de bailarina con tutú, aún la conservo, y además las tuvimos colgadas de la pared del lugar de trabajo durante años. También me acuerdo de las cabrillas que guisó en una ocasión en que nos reunimos en la nave de los padres de un compañero, a pasar un día con las familias, y no he conocido a nadie más que tocara los palillos haciendo sonar todos los dedos de ambas manos y con tanta sonoridad. Y sí, a mí también me irritaba aquel "No, No, No" que me respondía ante alguna propuesta que yo le hacía refiriéndome a algún trabajo. Tú estás orgulloso de él como hijo, y yo como compañera, también. FELICIDADES. Un beso muy fuerte para tu madre.

    Escrito por anonimo el 21-10-2010

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  6. Gracias por abrir el alma,gracias por contar la vida. Duro de escribir pero bonito de leer.

    Escrito por anonimo el 21-10-2010

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  7. ¡Hola Manolo! no sabes como me he emocionado leyendo esas cosas tan bonitas que has escrito de tu padre, estará muy orgulloso de tí allá donde esté. Lo más bonito que puede sentir un padre o una madre es que un hijo lo valore, respete y recuerde de esa forma maravillosa. ¡Enhora buena! Me alegro enormemente que hayas retomado tu blog y estoy segura que tu padre también lo deseaba y estará muy contento. No te conozco personalmente pero creo que tú también eres una buena persona, sigue así..........Un abrazo

    Escrito por anonimo el 06-11-2010

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  8. Hola Manolo! precioso homenaje a tu padre. Ël debe sentirse muy orgulloso de ti y donde quiera que esté sabrá que en la tierra dejó una muy buena semilla para generaciones venideras de Blandines. Sigue recordádolo con alegria cada día. Ánimo, un beso

    Escrito por anonimo el 07-11-2010

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  9. Ojala, Repito, Ojala mi hijo escriba algun dia algo parecido sobre mi. Delicioso y emotivo homenaje, pisha. Un fuerte abrazo desde Pittsburgh.

    Escrito por anonimo el 02-12-2010

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  10. Yo fui un antiguo jugador de futbol en el C.D. Águila que estuvo a sus órdenes y además de darme una lección de como formarme como jugador, también me la dio de lo importante que era en la vida los estudios. Para mi en particular era como un padre que nos enseña que no solo jugar es la vida, que teníamos que mirar al futuro.
    También recordar anécdotas de cuando nos desplazábamos a algún sitio a jugar sacaba su blog y nos hacia dibujitos.
    Si señor, un hombre a envidiar en todos los aspectos.
    Por estar trabajando fuera de Cádiz, me entere tarde de que nos dejaba, aún asi
    DEP Manuel Blandino.

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    1. Muchas gracias por tus palabras. Nunca lo tuve como entrenador, pero si era la mitad de bueno que como padre estoy seguro que os enseñaría muchas cosas y como tu dices no sólo de fútbol. Un abrazo y te deseo lo mejor.

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