Ann Arbor Today

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jueves, 9 de junio de 2011

Viaje de pirados

Año 2011. El día que cumplía 33 años y un día me desperté en una residencia en Boston (Massachusetts)  que no era precisamente un hotel de 5 estrellas. No es que hubiera dormido mucho, y sentía la espalda y el cuello como si llevará una maleta cargada de libros colgada de los hombros. Me duché en un cuarto de baño compartido y me enfundé una camiseta de España con la estrella de campeona del mundo.


Desayuné huevos revueltos, hamburguesa, y beicon, eso sí con zumo de naranja. El típico desayuno saludable americano. Si Nostradamus hubiera escrito hace años que ese sería mi día, no sabría si reírme por estar en Boston desayunando hamburguesas vestido con la camiseta de España, o porque la camiseta tenía una estrella de campeona del mundo. Si no entendéis todo esto, podría deciros que tampoco yo. De hecho casi ninguno lo entendíamos, y no intentaré explicar lo inexplicable... solo os lo contaré.

Un día antes, el día de mi 33 cumpleaños, la felicidad me invadió al despertar. No se si os pasa pero muchas veces los sueños que tenéis por la noche influyen en el estado de ánimo que tenéis por el día, hasta llegar al punto de que si sueño que alguien me hace algo malo, al día siguiente me cae mal. El caso es que esa noche tuve que tener un sueño de los buenos... Había dormido, no mucho, pero como se dice, a pierna suelta y del tirón. La temperatura era perfecta y el día soleado. Diría que me desperté más feliz que en años. Me desperté tan contento que decidí compartir el jamón serrano que de vez en cuando y misteriosamente aparece en mi buzón con mis compañeros de laboratorio. También decidí compartir unos quesitos manchegos comprados aquí pero de procedencia española, y un Rioja.


Después de esto, no podréis negarme que estaba contento...
Además, no hay nada que me guste más que cambiar la rutina, viajar y pasarlo bien con amigos. Estaba claro que ese día iba a ser distinto... ¿o no?
Tras la "Spanish Party" en honor a mi cumple y la degustación de tarta de arándanos que me llevaron mis compis, salí corriendo del laboratorio para ir a casa a por la maleta. Allí me esperaban las cinco personas más locas de Ann Arbor, y que por cierto son mis amigos. Habíamos alquilado una van (furgoneta) para 7 personas.
El viaje se presentaba largo... y algunos buscaban cualquier droga para perder la conciencia....


Podría enseñaros cual era mi cara el día de mi cumpleaños cuando llevaba 1 hora en el coche....

y esta era mi cara el día de mi cumpleaños cuando llevaba 4 horas en el coche...


esta, por cierto, era mi cara el día de mi cumpleaños cuando llevaba 8 horas en el coche...


¡ah! y si queréis os puedo poner como estaba mi cara, cuando ya no era ni mi cumpleaños y llevaba 12 horas de coche...


Total, que llegamos a Boston. 13 horas despúes.


3.30 de la mañana. La mujer de la recepción decidió darnos charla, contarnos dónde aparcar, como registrarnos, darnos mapas... Algunos la quisieron matar, pero fuimos educados y pasamos de ella hasta que terminó. Otros no es que pasáramos, es que tras 13 horas de coche, el inglés suena a idioma élfico.

Al día siguiente, a eso de las 11 ya estábamos recorriendo la ciudad, junto con un amigo de Germán y María llamado Miguel que venía desde Princeton. La verdad es que Boston es tan bonita como cara. Al empezar nuestro paseo, de lejos pude ver el edificio en el que supuestamente trabajaban los abogados de la divertida serie Boston Legal,


y fuimos siguiendo una linea roja que recorre la ciudad pasando por los sitios más importantes. El sol, la temperatura, la cantidad de gente que había por las calles,




y el parecido con algunas ciudades europeas por momentos me hicieron sentirme realmente bien durante aquel paseo.







Al lado del Southmarket, una zona que podría recordar a las Ramblas de Barcelona por ejemplo, con sus músicos, sus mimos y su gente paseando, aprovechamos para comer algo.





Cada uno lo que quiso, yo me compré una brocheta de pez espada con verduras y arroz que estaba realmente rica.

Tan relajados estábamos y tan a gusto durante el paseo





que nos colamos a las 2,30 de la tarde en la Estación Norte. Hora en la que ya no había trenes que nos llevaran al estadio. ¡Uy! que no he contado lo del fútbol... Volvamos dos o tres meses atrás en el tiempo....

Muchos de los sábados aquí en Ann Arbor sobre todo este invierno, han empezado a las 6 o 7 de la tarde en casa de Germán y María. Charlando, riendo, y sobre todo comiendo doritos con queso y/o guacamole acompañado de unas cervezas. 


Eso cuando no empezamos directamente con los rones, los vodkas y demás... 


Uno de esos días que no debíamos estar muy cuerdos, 


Germán dijo que la selección española jugaba en Boston y no nos lo podíamos perder. Nadie dijo que no. Yo apunté que los vuelos eran caros, pero se podía ir en coche... son.... 13 horas. En este momento, alguien debió decir: Eso es mucho, no se puede, tu estas loco, pero no... nadie dijo nada. Incluso alguien dijo pero podemos dormir a mitad de camino... Y en seguida otro le respondió -No, no... lo hacemos del tirón y así aprovechamos para ver Boston al día siguiente. -Eso, eso...- dijimos los demás. Cogimos hotel, las entradas, y durante estos meses nos hemos estado arrepintiendo.... De aquel día y de aquellas decisiones. Parece que nadie supo procesar cuanto tiempo son 13 horas. Nadie calculó que es más de medio dia.... Pero después de haberlo hecho, ha merecido la pena.  


En fin, que estábamos en la estación de tren, sin tren, a 2 horas de que empezara el partido. Pues nada, lo más fácil... un taxi. ¿A cuanto está el estadio? a 45 minutos. ¿Nos lleva a todos? Sí. "Po" pa' dentro. El taxista, el pobre, no sabía que el partido de fútbol era el que más dinero ha recaudado en la historia del fútbol en este país, que todas las entradas estaban vendidas, y que al parecer todo el mundo decidió ir en coche en vez de en tren. Atasco monumental. Total, el viaje duró ¡¡¡2 horas!!!... llegamos cuando ya se estaban tocando los himnos nacionales, mientras nosotros corríamos y corríamos, bueno yo no tanto, hacía nuestros asientos situados en lo más alto del estadio Gillete de Boston. Una vez situados, comprobamos como los americanos a la hora de animar son unos auténticos "animalitos". Chillan y gritan como auténticos orcos y para nuestra suerte España empezó a darles un repaso y un baño de categoría.


Con lo cual al poco tiempo estaban calladitos como monjas de clausura y nosotros levantándonos a aplaudir a cada momento. A disfrutar de las jugadas de los grandes jugadores de nuestra selección...








Resultado final....


Cuando acabó el partido, esta vez si pudimos coger el tren, y pasearnos por Boston con nuestras camisetas orgullosos de ser los mejores del mundo. Tras el paseo,






la cena y la salida obligatoria por la noche de Boston, más por cumplir que por ganas, nos recogimos a nuestras habitaciones para dormir o al menos intentarlo y prepararnos para el día siguiente... por que sí, amigos, para volver también eran 13 horas...
Os dejo con la cara que tenía el día que cumplía 33 años y 2 días... y aún quedaban 9 horas por delante metido en el coche...


Un abrazo a todos.

7 comentarios:

  1. Muy bueno! Eso de qué se parece a las Ramblas es verdad! 26 horas de viaje en 52 horas de fin de semana es musha tela, afuf, que pereza. Un abrazo.

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  2. 13 horas de viaje..........que fatiguita me habría entrado a mi.......

    gracias por compartir el fin de semana.......

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  3. Sí, Bández... porque en el coche, vimos series, películas, dormimos, comimos doritos, chicles, caramelos, chocolates, bocadillos, salmorejo... nos cambiamos de sitio todos excepto el conductor... En fin, tu sólo habrías podido dormir aunque digas que no.

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  4. joer, una vez, una vez na más, me quedé dormido desde el peaje de las cabezas hasta el de Jerez.......posiblemente por que la noche antes me quedé estudiando hasta tarde........una vez, y ya tengo yo la fama que tengo.......

    PD. Doritos en un coche cerrao........joer que fatiguita.

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  5. Que bien lo describes Manolito!! Mientras lo leía me transporté. Sigue así, enjoying the life..

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  6. Trabajar..trabajarás, no lo pongo en duda, pero macho..cómo te lo pasas¡¡ Pero sigue así y cuéntanoslo que así también los demás podemos viajar contigo a través de tu blog. Un besazo

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  7. ohhhh se me pasó tu cumple, bueno¡¡ más vale tarde que nunca, FELICIDADES, FELICIDADES, FELICIDADES, ya mismo te veo..........

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