Ann Arbor Today

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lunes, 24 de marzo de 2014

Viajeros del Sur - Louisville y Cincinnati (3/3)

Día 3 (y último, ohhhhhhhh).

Tras desayunar copiosamente por segundo día consecutivo (a dieta no hemos estado, la verdad), salimos en dirección al Partenón.
¿Cómo?
Sí, eso mismo.
Al parecer, debido a su arquitectura (?) y a sus instituciones educativas (?!), Nashville fue apodada la "Atenas del Sur" (?!?) y en cierto momento, antes de ser la ciudad de la música, a estos chavales (supongo que si ya habían construido la calle esa de los bares, "mu" buenos no estaban...) no se les ocurrió mejor idea que construirse una réplica tamaño real del susodicho monumento.



¡¡¡A tamaño real pero más nuevo!!! Vale, quizás es ridículo y no tiene mucho sentido pero si yo fundara una ciudad ya veríamos si no terminaba montando una peña recreativa carnavalesca y una playa artificial…



Mientras tanto, seguíamos haciéndonos fotos del tipo la cara de "papa" muy grande y muy cerca y monumento muy chiquitito y de fondo,


o posando de maneras totalmente naturales y casuales...


En esta, conseguí  fotografiar a un posible griego de Nashville disfrutando de su propio Partenón (Parthenon homemade).


 Cualquier sitio que nos pareciera bonito era buena idea para parar. Casi siempre.


No en este caso de la torre y las flores, que era propiedad privada y nos echaron.


La siguiente parada fue en el estudio B de la compañía RCA. Lugar de grabación de muchos de los éxitos de Elvis Presley o Dolly Parton entre otros.


Y yo, en semejante sitio de culto, haciendo el “canelo” con las gafas de la guitarra… Vergonzoso.


Antes de dirigirnos a la calle principal del centro de Nashville, nos detuvimos en la fachada del inmenso Museo de la música country, del que por falta de tiempo, no pudimos disfrutar.


 Tras esta parada, vuelta al centro de Nashville. 


En la foto, el edificio de la compañía telefónica AT&T con las dos “torrecitas” que da personalidad al skyline de la ciudad (para nosotros Gotham City) junto al bar en el que pasamos la noche del sábado, el Honky Tonk en el centro de la calle Broadway.


 
En la mencionada calle, a diferencia de por la noche, las aceras están vacías, aunque sigue oliendo a alcohol y humanidad.




Y lo más curioso es que algunos de los bares más emblemáticos como Tootsie o Legends corner siguen teniendo música en directo a las 11 de la mañana con un público más adulto y con obviamente otros intereses al público nocturno.







En estas horas las tiendas de souvenirs hacen su agosto, ofreciendo desde los típicos imanes, camisetas y demás, 


a las características botas (en torno a 200$) o sombreros (60-80$).




Finalmente, dos últimas paradas, una en el Auditorio Ryman donde al parecer “nació” el sonido bluegrass.


y otra en el museo de Johnny Cash... 
- Cuando yo digo Johnny, ¿vosotros decís?
- Caaaaaaashhhh 
(es lo que decía la chica de la banda)


Antes de dejar Nashville (espero de corazón que no para siempre, por que me encanta la vida y el ambiente nocturno de esta ciudad), paramos en el hotel Gaylord Opryland. Quizás no entendáis el parar en un hotel cuando se va tan justo de tiempo. Si lo vierais con los ojos entenderíais por qué. Aquí alguna fotitos, para que os hagáis una ligera idea.


Un hotel que rezuma buen gusto y elegancia. Con unas habitaciones que dan a unos patios con cascadas, zonas ajardinadas y restaurantes para comer y/o tomar un refrigerio. Una pasada.





Y a eso de la 1 de la tarde, comenzaba nuestra vuelta a Ann Arbor con un largo recorrido por delante. Aún así, todavía pararíamos en dos ciudades a "descansar" y estirar las piernas. La primera, Louisville. Famosa entre otras cosas por la carrera de caballos Derby de Kentucky. Al igual que hicimos con la entrada del circuito de Indianápolis, paramos en la entrada un segundito para hacer un par de fotos.



No, nos gustó mucho lo que vimos de Louisville la verdad. A lo mejor sería porque era domingo, a lo mejor tras Nashville e Indianápolis no nos pareció interesante... Nos comimos unas típicas costillitas con salsa barbacoa



y tras parar en el Museo de los Sluggers (equipo de beisbol de la ciudad), con un inconfundible a la vez que gigantesco bate apoyado en el edificio, 


emprendimos la marcha hacía la siguiente ciudad, Cincinnati. 

No íbamos a tener mucho tiempo de parar en Cincinnati, así que decidí empezar a hacer repetidas fotos del skyline de la ciudad atardeciendo desde el coche. Justo en ese momento, cruzábamos un puente, con la "buenísima suerte” y extrema habilidad de coger una columna justo en medio, de la foto una vez... 


y otra, 


y otra,


y otra,


y otra,


y otra,


y otra...


¿creéis que si lo llego a intentar de verdad lo consigo?

Y al final tuve que fotografiar el skyline de la ciudad cuando nos bajamos por que no di ni una (7-0), ante las risas de los demás. Cuando me pongo en plan artista... artistazo.... No tengo precio. 
Graciosos. 


Cachondeíto generalizado. 

Paramos en Union Terminal, con este curioso aspecto y un frío curioso también reflejado en mi pose…


Antes de seguir, parada en Fountain Square. Una bonita plaza con una majestuosa fuente más propia de una ciudad europea que de una ciudad americana.




Tras esto, breve parada en el Cheesecake Factory y 4 horas más de camino por delante hacia Ann Arbor. Y aunque suene a un parto, entre música española y podcasts de programas de radio, lo pasamos genial cantando y riendo (estoy seguro que ayudó el subidón de azúcar), poniendo el broche final a un estupendo fin de semana a eso de la 1 pico de la mañana.


Mañana, lunes, vuelta al curro, a la rutina, al super, a ver series en la tele, a leer en el sofa... pero a diferencia de la semana pasada, ahora con un buen montón de recuerdos y experiencias vividas y la sensación de que he estado fuera al menos seis días en lugar de dos y medio. Habrá gente que me dirá que estamos locos, y que por qué hacemos eso...
Y yo les diré... ¿y por qué no?

Un abrazo a todos y gracias por seguir y comentar el viaje. Ya estoy pensando en el próximo... 

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