No lo parece pero como si lo fuera...

14 grados. Viento en calma y cielo azul. 

2 de Abril. 18:23

El calendario dice que ya es primavera.

Desde la ventana del trabajo y

viendo el paisaje puede que no lo sea,

pero como si lo fuera...

Como si lo fuera, por que las inmensas montañas de nieves se han ido marchando poco a poco y aunque el marrón y al amarillo no son verde, se nota que están deseando serlo. 

Y los árboles están recuperando fuerzas, y me da la impresión de que tenían más ganas que yo de que llegará este día.

Algunos ya se están desperezando y empiezan a reservar su espacio de cielo.

El agua del río empieza a fluir tras meses de hacerlo a escondidas.

Los caminos se han abierto paso y cualquier rincón invita a sentarse a disfrutar de la primavera. 

Parece que sólo unos pequeños peldaños nos separan de lo que esta por venir...

El sol por fin empieza a dibujar sombras de colores... 

Y si los árboles están contentos, más contentos están sus habitantes. Aún no pueden esconderse, pero saben que es cuestión de días que nadie los encuentre...

Por eso quizás es el mejor momento para ver al "Red Wings".

Y si es tu día de suerte, verás al más bonito de todos. El cardenal. 

Pero cuidado, que no todo son pájaros lo que se posa en las ramas... 

A pesar del paisaje invernal... 

ha vuelto el cisne,

y los patos,

 y según la luz, el agua es de plata o es de oro según te apetezca, según se le antoje. 

Y los gansos al igual que los árboles, abren sus alas para reclamar aquello que es suyo...

Y será ahora, cuando cada mañana me despierte con el sonido de los pájaros carpinteros...

Aún queda nieve en el río, 

pero la luz, el aire,

las sensaciones te dicen que no es otoño,

que es primavera...

   Por que el agua ya no fluye, el agua corre en el mes de abril.

Se acabó la espera en la estación. Ya era hora de dejar al invierno marchar.

Los pájaros cantan y las nubes se levanta, que dice la canción.

Y si todos los caminos llevan a Roma, no se dónde he terminado hoy, pero cada camino me ha llevado a descubrir un paisaje aún más maravilloso que el anterior. 

En cada giro, una belleza...

En cada camino sin salida...

un nuevo embarcadero 

y unas nuevas vistas llenas de luz.

Paisajes donde me he perdido sin saber donde acababa el cielo y donde empezaba el río...

Y cuando ya el cielo ha empezado a decirme que era hora de irse a dormir, 

y que enfilara el camino de vuelta... 

el más espectacular de los atardeceres me ha despedido acompañándome de vuelta a casa...

Y con el sol entre nanas, los árboles ya no tenían caras de amigos,

menos mal que la luna me regaló una sonrisa...

Y al final del día, 

me podría quedar aquí sentado, 

por que algo me dice que la primavera está a la vuelta de la esquina.

Aunque haya maldecido setenta veces siete el vórtice polar, las nevadas intensas y los días de menos cincuenta grados, en una tarde como esta todo se me ha olvidado, todo ha quedado atrás, y me siento realmente bendito de vivir en esta tierra donde a cinco minutos de casa y andando, tengo un bosque para perderme. Que rápido se olvida cuando uno encuentra la belleza delante en el camino.

Un abrazo a todos.