Ann Arbor Today

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sábado, 10 de julio de 2010

Esto es América (I)

Hoy, con un poco más de tiempo, aprovecharé el blog para contaros mi primer 4 de Julio en USA…

El día que Nadal ganó su segundo Wimbledon y España lograba su histórico pase a la semifinal de una copa del mundo yo estaba con una camiseta de España en la casa de Elvis Presley. ¿Por qué?... Tendremos que remontarnos unos días atrás para contarlo…


(Está bien, prometo pelarme antes de llegar a España).

Aunque Patricia, Carlos, Esperanza y yo, sabíamos que teníamos un día de fiesta debido al 4 de Julio (Día de la Independencia), y teníamos lo que en España se llama un “PUENTE” y que aquí tanto echamos de menos, aún no habíamos decidido cuál sería el plan. Teníamos claro que debido a las visitas que hemos tenido recientemente o tendremos, no disponíamos de dinero para gastar en un gran viaje. Barajamos diferentes opciones y todas pasaban por alquilar un coche y hacer horas y horas a lo largo de las interminables carreteras de EEUU. Finalmente fueron más de 27 horas de coche, y más de 2000 millas recorridas.



Fijaros si estábamos pocos organizados que, en el momento de salir, sólo teníamos el coche alquilado y una noche de hotel al lado de un parque natural en el estado de Kentucky. Aunque lo llamábamos "ir a la aventura", el panorama estaba muy poco claro...


Como os contaba, nos esperaban horas y horas de coche, y el viernes comenzábamos saliendo más tarde de lo esperado. Dejamos atrás Ann Arbor, Toledo, Cincinnati, y terminamos parando a las 5 horas en Louisville (una de las ciudades más grande de Kentucky) para cenar y echar gasolina. Ya por el camino habíamos decidido que otra noche la haríamos en Memphis, que casi en ningún momento estuvo en el plan y que suponía hacer 3 horas y media más de coche para ir y otras tantas para volver. Aunque como decía Patricia una vez que nos metemos en el coche…. Y es verdad, no podéis imaginaos, a la hora de hacer kilómetros (o millas) como ayuda el hecho de que las conversaciones apasionantes nunca se acaben, que unas risas llevan a otras, y todo absolutamente todo, desde ver a un tío con un casco de moto pintado como si fuera una careta, a una chica que intenta adelantar a todo el mundo, o ir cambiando la música que sonaba en los años 40 hasta la que suena en la actualidad sean verdaderos motivos de diversión, aunque a pesar de todo, Carlos se duerma.

Nuestro trayecto acabó cerca de las 2 de la mañana en Cave city, pueblecito dormitorio en las proximidades del Parque Nacional de la Caverna del Mamut (Javi, te lo dedico). Resulta que el sistema de cuevas es el más grande del mundo. Durante dos horas nos trasladamos al mundo de Indiana Jones, recorriendo cuevas, pasadizos, escalones, columnas, historias de murciélagos, de primitivos que se refugiaban hace 4000 años o de los exploradores que con antorchas recorrían aquel sistema de cuevas hace ya más de 200 años… Apasionante.




Para recordar... un momento especial en el cual la guía del tour, pedía que apagáramos cámaras y móviles para luego ella apagar las luces de la cueva, dejando a todos sin poder diferenciar si teníamos los ojos abiertos o cerrados, y con una sensación de inquietud y recelo parecida a la que pudieron tener los primeros exploradores de la cueva, aún sabedores nosotros, de que aquello duraría poco tiempo y pronto volveríamos a nuestro mundo de internet y telefonía móvil. 


A eso de la 13,00 salíamos de la visita y nos quedaba sólo media hora para encontrar, en medio de Kentucky, el típico bar de deportes donde estuvieran poniendo el partido de España. Eran la 13,28 y sonaban los himnos nacionales de España y Paraguay y nosotros aún callejeábamos por un pueblo llamada Bowling Green buscando como locos alguna mínima señal de vida. Finalmente con algunas indicaciones, nos sentábamos en “Mariah's”, un local que había permanecido en el pueblo desde 1818 y en el cual sufrimos y disfrutamos del pase de nuestra selección. Nunca lo olvidaremos.


Tras esto, alguna fotito del pueblito, 


y algo más de 4 horas de coche para llegar a la ciudad del Rock, Memphis. 

Como os decía, no teníamos noche reservada, pero yo llevaba mi portátil y en ese momento, fue la primera vez que usamos un truco que nos ha servido durante los días restantes. Nos acercábamos a algún hotel de carretera y pillábamos la red de internet del propio hotel. De esta manera hemos consultado mapas, hecho reservas de hoteles,y por supuesto como buenos españoles, hemos leído el Marca. De esta forma terminamos llegando a un bar de carretera llamado Loretta Lynn's Kitchen, en el cual la camarera al saber que éramos de España nos hizo una foto para colgarla en su facebook y he aquí la prueba…

http://www.facebook.com/#!/photo.php?pid=227410&id=108044089219096 

(ey chicos no la habíais visto eh??)

Finalmente llegamos más tarde de las 8, y aunque lo hicimos cansadísimos, el ver la noche de Memphis y la vida que tenía la calle Beale Street, se nos cambio la cara, al menos a mí.


Decenas de bares, todos con música en directo. La calle a rebosar, miles de personas en la calle, y muchísimos músicos tocando para deleite del personal.



Decenas de bares, todos con música en directo. La calle a rebosar, miles de personas en la calle, y muchísimos músicos tocando para deleite del personal.


y nosotros que terminamos en un irlandés al aire libre, donde en cuestión de segundos decidí (casi sin consultar con mis amigos) lo que íbamos a beber…


Ese cubo estaba lleno de hielo y una especie de sangría la cual fuimos incapaces de acabar a pesar de poder llevárnosla por la calle. El juego con las cañitas nos alegró la noche…



Después de comer y pasear disfrutando del ambiente terminamos entrando en una discoteca de 3 plantas. La primera con música en directo, la segunda dedicada a la música negra, llena de negritos y negritas bailando y en la cual tras dar una vuelta, nos sentimos completamente fuera de lugar viendo como bailan, como se comportan, y donde nosotros éramos los únicos blanquitos. En la planta tercera, a pesar de no ser nuestro estilo preferido, si estuvimos más en nuestra salsa hasta altas horas de la madrugada. Al salir, la policía, la cual habíamos podido ver anteriormente como no tenía inconveniente en hacerse fotos con la gente, se mostraban simpáticos en todo momento e incluso entre unos y otros se hacían indicaciones para observar las mejores chicas de la calle... mediante un megáfono animaban a la gente al grito de: “Señoras y Señores ha llegado el momento de tomar una decisión, no esperen más, abandonen los bares y vuelvan a casa”. Genial.

Al día siguiente decidimos visitar la casa del Rey del Rock, Graceland. Es uno de esos sitios en los cuales no sabes muy bien que te vas a encontrar pero que nada más llegar ya te sientes impregnado de algo especial. Un aura, un algo que te hace sentir que Elvis fue muy muy especial. Como lo fue Michael Jackson, o como otros grandes mitos los cuales no sabemos explicar que tienen, o que los diferencia de los demás, para que generen esa atracción ya no solo por la música o por su baile sino por la persona, y atraiga a millones y millones de personas más allá del sexo, la raza, la edad, o la religión. La casa de Elvis es visitada cada año por cerca de 1 millón de personas y para quedarse en el hotel cercano y visitar Graceland el día del cumpleaños de Elvis hay que reservar con 8, sí, ocho años de antelación...




La verdad es que mereció mucho la pena. Pudimos visitar la mansión, recorriendo las habitaciones, los jardines, las salas de trofeos, los trajes, su colección de coches, sus dos aviones privados… Realmente increíble. Quizás estemos acostumbrado en Europa a visitar Castillos del medievo, palacetes de la realeza, mansiones de príncipes, pero... visitar la casa de un mito de este siglo es algo distinto...

Esta es "la habitación del Cádiz", donde Elvis veia la tele (con tres televisores la época)


Algunos de los pasillos de las salas de trofeos...



Uno de los coches, y el avión nombrado en honor a su hija...



Finalmente la tumba, y una imagen de como la gente se concentra alrededor... 
Todo esto, como podéis ver... también es América. Otra América distinta a Nueva York, a Miami, a Los Ángeles, o a Washington.... y no sabría decir si esta América, más desconocida para el turista europeo es la verdadera América. Al menos creo que sí la de la mayoría....



Tras esto, almorzamos en Memphis, y vuelta (3 horas y media) a Nashville, ciudad de la música Country.

Continuará....

Un abrazo.

2 comentarios:

  1. Jaja Manolo, qué bueno el link de Loretta Lynn\'s Kitchen, no tiene desperdicio.

    Escrito por anonimo el 11-07-2010

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  2. buena crónica del viaje!!!!!!!!! mira que no poner fotos del coche alquilao........... un saludo. PD. A ver si es verdad que te pela picha.

    Escrito por anonimo el 11-07-2010

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