Ann Arbor Today

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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Chicago es Cádiz con más negritos... (II)

La primera comida chicagüense la hicimos en un sitio histórico. El Pizzeria Une, dónde se inventó la Pizza Chicago. La novedad o diferencia de esta pizza es que la masa es prácticamente como un bollo, y la verdad es que estaba buena.


Tras la pizza nos dimos un paseíto por las principales calles de Chicago, y pasamos por la Magnifique Mille, algo asó como la calle Columela de aquí. Con todas sus tiendas...

¿Qué es aquello que se ve allí?


¡Ah unos chavalillos limpiando las ventanas!


Esta gente si que tienen trabajo en esta ciudad. 

También andando por Chicago te puedes encontrar el rodaje de una peli o serie. Esta escena era de un tío saliendo del supuesto banco que acababa de robar...


Tras el paseo, nos dispusimos a disfrutar como niños de lo que iba a ser una de las atracciones del viaje, la cabalgata y la iluminación de las calles en Chicago. Y he decir que nunca lo olvidaré. Pero no lo olvidaré por lo porqueriosa que fue. Si se comparará con la de Cádiz ya no la de Carnaval, si no con la de Reyes, posiblemente saliera la de Cádiz ganando. Sí, sí, esa en la que van los dinosaurios por la avenida, y los reyes tirando caramelos. Menuda porquería esto. Toda la calle principal, llenísima hasta los topes de gente, esperando, para que saliera Mickey en una carroza del tamaño de una furgoneta, dijera 3, 2, 1 y se encendieran 4 árboles.


También iba la Banda de los Polillas... pero más "lasia" que qué...


Yo esperaba a las animadoras... pero iban abrigadas hasta arriba. Y es que tenía que hacer en torno a los 5 grados. Desde aquel día me pica la garganta. 

Esto hizo que Luís y yo no aguantáramos tal porquería durante más de 40 minutos y nos fuimos al hotel a descansar un poco. Por mucho Pato Donald que saliera...


Lo único que me quedó positivo fue ver el típico globo que sale en las películas...


Pero en serio... menuda decepción. Es que los americanos son mu "lasios" pa estas cosas.

Tras una cabezadita en el hotel, nos levantamos para ir a cenar y conocer la noche de Chicago. Al salir nos encontramos que en unos estudios, a pie de calle, estaban haciendo el Telediario de uno de los 250 canales...


Como toda quedada de Becarios de investigación procedentes de Cádiz, acabamos cenando ... ¿dónde? pues claro... en el Mejicano.

Ahora eso si, a los 5 minutos, ya nos habían tratado mejor que el hombre de nacionalidad incierta, y como podréis comprobar la chimichanga y las fajitas tienen poco que ver con las que se tercian en la Avenida. Ah y los nachos eran gratis...



 
Allí nos pegamos unos margaritas para irnos animando.

El primer sitio al que fuimos pensábamos que no nos iban a dejar entrar. El Luís sin camisa, yo con los pelos, la barba, y las gafas (aqui se tercia mucho el tema lentillas). Total, que el local fashion se llamaba Hub 61. La gente super arreglada y todo el mundo bastante guapo. Nosotros dijimos aqui no entramos ni de coña pero sí, sí que entramos. Y la verdad... bueno... A todos los que a espaldas de vuestras novias y esposas me habéis preguntado por las tías de aquí... Escribidme al correo y os contaré... qué como dicen en las pelis americanas, todo lo que diga a partir de ahora podrá ser utilizado en mi contra.

Tras tomarnos una cervecita y visto el éxito, decidimos cambiar y entramos en otro en el que había cola también. Este nos costó 10 dolares, pero fue todo una experiencia. El bar estaba lleno, y en el centro había una chica y un chicho con un teclado/piano cada uno. La gente le ponía un billetito encima del teclado y le pedían canciones. Y mientras pues había gente sentada escuchando y mirando, gente bailando... Estuvo bastante bien. Muy divertido. 

Tras esto, cerca de las 3 de la mañana decidimos que era mejor recogernos para quedarnos con ganas de más, para la próxima vez. 

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